NBA: los Sixers, los más malos de siempre

NBA: los Sixers, los más malos de siempre

Escrito por: Javi    28 noviembre 2015     2 minutos

No hay nadie más malo que los Sixers. De todas las grandes ligas de los Estados Unidos (baloncesto, beisbol, hockey sobre hielo y fútbol americano) no hay ningún equipo que alcance los registros negativos de los de Philadelphia. Pero no ya en el presente, sino en toda la historia, no hay nadie más malo que los Sixers.

Y hasta se podría decir que tiene su mérito tener la peor racha de derrotas de toda la historia de las grandes ligas. Son nada menos que 27 partidos sin ganar, 17 de esta temporada y los diez últimos de la temporada pasada. Los aficionados de los Sixers no celebran un triunfo desde el mes de marzo, si es que se puede decir lo de celebrar.

Parece que la racha se va a cortar en breve viendo que en los últimos encuentros los Sixers han rozado la victoria. Pero, mientras sigue aumentando, progresan las acusaciones de hacer tanking descaradamente. Es decir, que los Sixers se dejan perder o, por decirlo de un modo más elegante, no buscan la victoria como otros.

Esta situación no es nueva, pues viene sucediendo desde temporadas atrás. Es el proceso de reconstrucción que ha iniciado la franquicia, algo por lo que todos los equipos tienen que pasar alguna vez, sólo que el de los Sixers está siendo bastante raro, pues no se ve ningún atisbo de mejora y se toman decisiones bastante raras.

Por eso, por esas decisiones extrañas, ni los más optimistas ven que esta reconstrucción vaya a llegar a algún sitio. La llegada de Okafor despertó cierta ilusión pero la noche del draft ya ha quedado atrás. Hasta hemos visto como aficionados increpaban al joven jugador y como éste reaccionaba de forma bastante reprobable.

Todo esto desemboca, por el momento, en una situación bastante triste: una de las franquicias históricas es ahora el hazmereír del deporte en los Estados Unidos. Y en cuestión de público también se nota, sólo los más fieles, los irreductibles, se atreven a acercarse al pabellón o lucir la camiseta de un equipo del que avergüenza ser.


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