Entrevista a Luís Suárez, único jugador nacido en España poseedor del Balón de Oro

Entrevista a Luís Suárez, único jugador nacido en España poseedor del Balón de Oro

Escrito por: Fernando    9 enero 2011     10 minutos

Muy probablemente, este lunes Andrés Iniesta o Xavi Hernández recibirán el Balón de Oro 2011 y uno de ellos se convertirá en el sucesor de Luís Suárez, el único jugador nacido en España que ahora mismo cuenta con el honor de tener tan prestigioso galardón en sus vitrinas. Ahora que en España se vuelve a hablar con fuerza de este trofeo los focos de atención se han vuelto a centrar en Suárez que está recibiendo diversos homenajes y que, por ejemplo, hizo el saque de honor en el partido entre Depor y Barça de esta semana.

Suárez, que también fue entrenador de la selección, se siente más reconocido en Italia que en España, ya que allí desarrolló buena parte de su carrera y sigue formando parte del staff técnico del Inter de Milán. Quizás aquí no se valora tanto su palmarés del que pocos pueden presumir y en el que hay dos Copas de Europa, dos Intercontinentales, dos Copas de Ferias, tres Scudettos y Liga y Copa en España, además del mencionado Balón de Oro en 1960, dos balones de plata y uno de bronce.


En definitiva, uno de los jugadores más importantes del siglo XX del que os traemos una interesante entrevista concedida a As en la que podemos conocerle un poco más y que os dejamos a continuación:

¿Qué piensa al volver a su tierra tras tanto tiempo?

Revivo recuerdos maravillosos. Estoy encantado con los actos de homenaje porque, sin ser algo espectacular, han sido hechos con el corazón.

¿Cómo era el barrio donde creció en A Coruña?

¡Monte Alto! De trabajadores. Al lado de mi casa había una fábrica de armas y casi todo el mundo trabajaba allí. En todo el barrio, hágase una idea de la modestia, no había ni un balón ni una bicicleta.

¿Cómo jugaban?

Con once años la solución era ir a jugar a la Parroquia de Santo Tomás. El equipo se llamaba Perseverancia. Los curas tenían camisetas, pantalones, balón Allí teníamos futbolín, ping-pong, damas, ajedrez

¿Quién le llevó al Barça?

Sólo había jugado 13 partidos en el Depor. Me seguían desde muy jovencito. Venía un señor que fue directivo del Barça, Tamburini. Era fabricante de tejido para hacer trajes, y venía mucho a A Coruña.

¿Pudo fichar por el Madrid?

Con pocos partidos en Primera vino a verme Ipiña, secretario técnico blanco. Y no jugué muy bien. Era un Depor-Valladolid y no hizo buenos informes. No me extraña. Yo tenía 17 añitos y el Valladolid tenía una pareja de volantes muy veterana y buena, Ortega y Lasala. Y este Ortega a mí me aburrió. No toqué una. Luego resultó que mi debut con el Depor en Primera fue en Les Corts y aun perdiendo 6-1 hice cosas interesantes.
Ahí se decidió todo con el Barça…

Y llegó allí para ponerse a la sombra de Kubala.

Él había cambiado la historia del club. También había muchos catalanes, el 80%. Los Segarra, Biosca, Basora, Flotats, Ramallets, Brugué Yo era un chavalito y me ayudaron mucho. Nada más llegar jugué la Copa de titular hasta la final, en Madrid, ante el Valencia. Perdimos 3-1. Kubala tuvo una lesión muy importante de ligamentos ante el Athletic en semifinales.

¿Había pique entre Kubala y usted?

Eso fue cuatro años después. Entonces no había cambios, y Helenio nos alternaba. A mí me dio mucha confianza y empecé a tirar para arriba.

El Kubalismo y el Suarismo.

Bueno, los que eran de Kubala, o sea todos, iban contra mí. Nosotros ni estábamos enfadados ni nada, y encima él era segundo punta y yo organizador Pero se creó esa dualidad que sufrí bastante. Y mira que Helenio le echó narices dejando a Kubala en el banquillo. Pero parecía que el culpable de que no jugara era yo. Me silbaban muchísimo al menor error que cometía.

En su último año en el Barça le dieron el Balón de Oro (1960). ¿Cómo se enteró?

En aquellos años no se hablaba nada, aunque sabíamos que era un trofeo importante. Yo me enteré un par de semanas antes de que me lo dieran. Mercé Varela estaba de corresponsal de L’Equipe en Barcelona y me vino a informar al entrenamiento: «Mira, te van a dar esto Van a venir a hacerte una entrevista…». El año anterior había quedado cuarto.

¿Con quién rivalizaba?

Ese año quedó segundo Puskas y Uwe Seeler tercero, pero las ediciones anteriores eran todas de Di Stéfano, Kopa

¿Y la entrega?

Bueno, antes de un partido, una entrevista y una foto. Algo así como la entrega de una medalla. Había tan poco bombo que parecía menos. Pero el tiempo te da idea de lo que significa. Luego, en Milán, con todo lo que gané, me quedé dos veces segundo.

¿Cómo no lo ganó en el 64?

Fue increíble. Gané la Eurocopa, la Copa de Europa, la Liga Y quedé segundo. Se lo dieron un año a Denis Law, y otro a Eusebio. Law había ganado el campeonato con el United, y tampoco es que fuera un jugador muy espectacular

¿Por qué han tenido que pasar 50 años para que lo gane otro ‘nacido en España’?

Tuvieron mala suerte de encontrarse con gente como Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho, Van Basten Gente muy espectacular. Raúl estuvo cerca. Y yo ahora digo: estos chicos que han ganado Eurocopa y Mundial aún no se dan cuenta de lo que han hecho. ¡Es impresionante! El fútbol español se merece tener otro Balón de Oro…

¿Su preferido era Xavi?

Sí… El Balón de Oro no discute quién es mejor, porque entonces seguramente Messi es mejor futbolista que los otros dos. Se discute quién fue más regular, y lo fue Xavi.

¿E Iniesta?

Tiene un juego más vertical que Xavi, y hace cosas en los últimos metros, una zona tan difícil, muy importantes. Hace cosas que llegan a la gente. El juego de Xavi se parece más al mío, sin ser igual, en el sentido de que hace las cosas fáciles. Eso llega menos. Y dígame cuánta gente hace lo que Xavi. ¡Nadie! Si no sale Xavi, pagará que lo que hace parece fácil.

¿Es más difícil ganarlo ahora que en su época?

Es igual, pero antes para salir en la tele tenías que llegar a la final de la Copa de Europa. De otra manera, no te veía ni el apuntador…

Mourinho echaba de menos a Sneijder en la terna final…

¿Y si lo metes a él a quién quitas de los otros? Puede que también falten Forlán, Milito

Usted conoce bien a Mourinho… ¿Tiene algo de Helenio Herrera?

En algunas cosas se parece. En Italia siempre tuvo frases fuertes, como Helenio, pero también tuvo problemas con otros entrenadores, y eso Helenio no lo tenía.

¿Y en el campo?

Mourinho llevó la Copa de Europa al Inter después de que la ganara Helenio. Su gran virtud fue convencer a Etoo y Pandev de trabajar en las bandas en defensa. Eso le dio mucha solidez al equipo. En los últimos meses jugó muy bien.

¿Qué tipo de persona era Helenio Herrera?

Hay una anécdota buena. Un día íbamos a Sevilla para jugar contra el Betis. Y en la previa se le ocurrió decir que íbamos a ganar sin bajar del autobús. ¡La que se lió! ¡Qué tarascadas en el campo! Yo a la cuarta entrada fuerte me planté y le dije a no sé quién: «¡Hombre, ya está bien, me estás inflando a patadas!». Y con un buen acento andaluz me contestó: «Sin bajar del autocar, ¿no?». «Díselo a aquel que está en el banquillo hombre, que yo no he hecho nada», le dije Helenio sabía que luego tenía detrás a un equipo que daba la cara.

¿Qué novedades tácticas aportó al fútbol?

Sobre todo en la preparación física. También trabajaba muy bien la parte psicológica. Te creías capaz de todo. Te comía la cabeza: «Eres más fuerte, más alto, más listo, más rápido».

¿Y el Catenaccio?

¡En el Barça ganamos una Liga por goalaverage al Madrid! Metimos casi 100 goles en 30 partidos. Jugaban arriba Tejada, Kubala o Kocsis, Evaristo o Eulogio Martínez, Villaverde y yo. ¿Era aquello Catenaccio?

¿Y en el Inter?

Pasaba igual, pero entonces allí se jugaba con un hombre en defensa que luego se tiraba para atrás, que era Picchi, el capitán. Teníamos muchos jugadores ofensivos Lo que ocurre es que nos dejábamos dominar para salir corriendo. Aunque ojo, Helenio jugaba con más delanteros que muchos equipos actuales.

¿Prescindía del centro del campo para ser directo?

En el Barcelona ya éramos bastante rápidos y verticales, pero en el Inter más aún. Éramos muy profundos. Yo tenía mucho desplazamiento largo y teníamos a Jair, Mazzola y Peiró, que eran muy rápidos. A veces llegábamos de nuestra área al área rival con un solo pase.

Gonzalo Suárez dijo que Helenio construyó el Inter en torno a usted. ¿Fue así?

Seguro. Mi llegada al Inter cambió al equipo. Para mí fue una presión porque se pagaron 25 millones de pesetas, un escándalo para la época. Con ese dinero terminaron de pagar el Camp Nou. Yo siempre digo que al menos una tribuna es mía (risas). Helenio, además, necesitaba una persona profesional. Yo llegué habiendo ganado el Balón de Oro, y al Inter, a nivel europeo, no le conocía nadie y estaba cargado de chavales. Allí todos aprendían de cómo yo trabajaba, de mi profesionalidad, de que me quedaba tirando faltas, haciendo cosas después de las sesiones.

¿Y qué tipo de jugador era usted en el campo?

Un organizador nato, pero con un juego muy amplio. No me quedaba delante de la defensa. Yo caía a los lados y arriba, y abarcaba mucho campo. Y tenía muy buena técnica y visión, y metía bastantes goles, una media de un gol cada dos partidos, una media muy alta.

¿También en el Inter?

El primer año sí, metí nueve goles, que es mucho en Italia. El segundo año me quedé un poco más atrás por exigencias del guión. Me sacrifiqué…

¿De quién aprendió a pegar pases en largo levantando primero el balón del suelo?

Bueno, era un gesto para hacer más distancia o cuando el campo estaba embarrado y los balones pesaban más. Un día se me ocurrió hacerlo, cogí la costumbre y seguí.

¿Con quién se entendía mejor de aquel Inter que ganó dos Copas de Europa?

Con Corso, porque los dos organizábamos el cotarro. Y en el ataque, con Jair, Mazzola y Peiró. A mí me iban de maravilla y yo a ellos. Salían como balas y se encontraban con el balón delante. Luego surgió lo de Facchetti.

¿Lo de Facchetti?

Él era un defensa robusto y potente. Como Corso venía a organizar conmigo dejaba un espacio arriba. Un día Facchetti se metió ahí, se acercó al área y acabó la jugada como si fuera un extremo izquierda. Y así nació una táctica, por una casualidad, que luego se repitió mucho.

¿Cómo fue ganar la Copa de Europa al Madrid en el 64?

Mazzola idolatraba a Di Stéfano y Picchi a Puskas. Antes de saltar al Prater, en el túnel, vi que los dos estaban embobados. Tuve que gritar: «¡Vamos a jugar, pediremos los autógrafos después del partido!». Fue algo increíble para nosotros.

Vía | As