España campeona del Mundo del Hockey patines

España campeona del Mundo del Hockey patines

Escrito por: Redacción    13 julio 2009     4 minutos

España hizo historia al conseguir en Vigo su tercer Mundial consecutivo y convertirse en la primera selección que consigue semejante gesta en la historia de este deporte.

Lo logró después de una victoria ante Argentina mucho más sufrida de lo que refleja en el marcador, pero que puso de manifiesto la importancia de este equipo y sus numerosos recursos ya que la albiceleste le planteó toda clase de desafíos y a todos ellos respondieron los de Feriche con carácter y calidad. El partido les exigió y ellos lo dieron para ser considerados con justicia el mejor equipo de la historia de este deporte.

Conscientes de que la batalla iría en aumento según cayesen los minutos, españoles y argentinos parecieron tomarse con calma el arranque del partido. Ya se sabe que las finales no se juegan, se ganan y ninguno de los dos conjuntos quería cometer un error que tuviesen que lamentar durante los próximos dos años. Se trataba de medir mucho los golpes, de esperar, de manejar los tiempos como les gusta repetir a los técnicos.

A diferencia de las semifinales, que arrancaron a toda velocidad, la final tuvo una puesta en escena tranquila, sin muchas opciones de gol, con los dos conjuntos tratando de evitar contragolpes claros. Fue España la que sacó el partido de la monotonía con dos lanzamientos consecutivos a los postes de Pedro García y de Bargalló que despertaron al personal y a Argentina que contestó de inmediato con un lanzamiento de Pablo Álvarez al que Sergi Fernández respondió con su cara en una gran parada.

Fue el comienzo de la final de verdad. Los primeros diez minutos habían sido un puro tanteo inofensivo. Bargalló aprovechó una bola muerta para colocar a España por delante en el marcador y dar el banderazo de salida a la parte más áspera de la final. Entonces sí se pudo apreciar que en juego había un título de campeón del mundo.

Argentina tuvo la ocasión de igualar al poco gracias a un penalti que detuvo Sergi Fernández de forma magnífica. Creció la intensidad, los remates, las ocasiones y las tarjetas. El juego se embarró. A Argentina nunca le falla el carácter y recurrieron a él para oponerse a una España que respondió con gallardía y que nunca le volvió la cara al partido. No se jugó mucho en los últimos minutos, pero se compitió una barbaridad. Los árbitros se ganaron el sueldo con dos equipos que habían decidido quitarse la careta y pelear por la victoria de forma despiadada. El descanso llegó en el mejor momento para que los ánimos se enfriasen y la sangre no llegase al río.

La segunda parte pudo arrancar de la peor manera para España por culpa de una tarjeta azul a Roca. La falta directa para igualar la final la desaprovechó Reinaldo García y España pudo seguir manejando el marcador aunque la albiceleste seguían dando pasos hacia delante mientras España tenía que hacer frente a un pequeño contratiempo, la lesión del portero Sergi Fernández que dio entrada a Trabal.
El parón por el cambio del meta se le indigestó a los argentinos que parecieron entumecerse. Sin embargo, fue España quien les dio vida. Un error de

Pedro Gil en defensa dejó la bola a Nicolia solo ante Trabal y superó al guardameta por alto. España supo responder con arrojo al desafío que se le presentaba en ese instante porque se quedó sin portero titular, sin Ordeig, se vio acosada por Argentina, pero encontró el camino. Le empezaba a faltar el aire cuando Güal culminó un ataque con un soberano disparo lejano de dejó clavado al portero argentino. Aturdidos por el golpe los argentinos abrieron la puerta a la derrota. Concedieron un contragolpe a Adroher y el joven delantero español, en un ingenio técnico, anotó el tercer tanto y llevó el delirio al Ifevi que comenzó a festejar el tercer título mundial consecutivo.

La ceremonia tuvo una nota triste. Ordeig, con conmoción cerebral, no pudo asistir.

Vía | El País