Tanto va el cántaro a la fuente…

Tanto va el cántaro a la fuente…

Escrito por: Carlos    1 junio 2009     2 minutos

El tetracampeón ha caído. Nadal ha perdido. ¿Cómo explicarlo? En una de mis primeras entradas alumbré una de las posibilidades: tanto va el cántaro a la fuente… que al final, termina por romperse. Solo hay que sustituir el cántaro por el estado físico de Nadal y la fuente por el ingente número de torneos ATP que el de Manacor disputa cada año. No es muy complicado.

Robin Soderling, número 25 de la clasificación mundial y en absoluto fan de Rafa, ha necesitado solo 4 sets (6-2, 6-7, 6-4 y 7-6) para derrocar al vigente campeón de Roland Garros. El sueco ha jugado sin duda uno de los partidos de su vida, lo que comúnmente se llama estar “enchufado”. Una gran solidez en el fondo de la pista, mucho atrevimiento en las subidas a la red y un espectacular 77% de primeros servicios han sido las armas que Soderling ha esgrimido en el combate. Sin embargo, y muy a su pesar, este partido lo ha perdido Rafa.

Cansado, muy cansado. Así hemos visto hoy a un Nadal que nos ha dejado perplejos. En sus anteriores enfrentamientos de la presente edición de Roland Garros el manacorí siempre dio la sensación de encontrarse en plenas facultades físicas, aunque no se midiera a rivales de entidad. De repente, como de la noche a la mañana, la potencia, la explosividad y la resistencia que le caracterizan desaparecen. Soderling se encuentra con un Nadal desdibujado, que no se halla en la pista, sin ideas ni motivación… extenuado.

Es difícil permanecer impasible ante algo así. Uno no puede evitar que por la cabeza le pase desde la manida teoría de que Nadal no mide bien sus fuerzas y se castiga demasiado sin necesidad, hasta la reflexión de que un número 1 del mundo gana cuando juega bien, pero también tiene que hacerlo cuando juega mal. Esperemos que la causa de esta derrota no tenga nada que ver con esto, aunque no parece haber otra explicación.