Pongamos las cartas sobre la mesa y fortalezcamos el sistema inmunológico

Pongamos las cartas sobre la mesa y fortalezcamos el sistema inmunológico

Escrito por: Redacción    24 marzo 2020     5 minutos

Un estilo de vida saludable implica realizar ejercicio físico al menos dos veces por semana y seguir una dieta equilibrada que nos aporte los nutrientes necesarios para encontrarnos en óptimas condiciones

Hoy en día existen infinidad de opciones para poder practicar ejercicio físico en cualquier parte y momento del día. Es por ello que ni siquiera la falta de tiempo sirve como excusa para aquellos que trabajan durante largas jornadas o turnos alternos, ya que muchos entrenadores personales ofrecen rutinas que van desde los 5 minutos al día hasta una hora completa de entrenamiento, y lo comparten de forma totalmente gratuita tanto en sus redes sociales como en canales como YouTube.

Sin embargo, para fortalecer el sistema inmunológico, hay que acompañar la actividad física con una buena alimentación. En este sentido hay que ser responsables y si se decide seguir una dieta como la paleo o la cetogénica lo mejor es hacerlo bajo supervisión de un profesional, ya que de no ser así podría conllevar una serie de riesgos para la salud como problemas de colesterol.

Cinta Correr Casa

Aquí en España la dieta mediterránea se erige como una de las mejores opciones de nutrición al alcance de cualquier persona. De este modo, aquellos que no presenten problemas digestivos ni sufran ningún tipo de intolerancia o de alergia alimenticia pueden basar su alimentación en este tipo de dieta.

Normalmente, aquellas personas que pasan largas horas en la oficina delante del ordenador haciendo facturas, creando documentos o mandando correos electrónicos, siguen una alimentación baja en vitaminas y nutrientes, tan necesarios para mejorar el sistema inmunológico. Lo mismo les sucede a aquellos que se dedican profesionalmente a los juegos de poker o gamers y están concentrados en las partidas sin prestar demasiada atención a su alimentación, que suele estar basada en el consumo de productos procesados con un alto valor calórico y bajo valor nutricional.

Alimentos que estimulan el sistema inmunitario

Todo el mundo conoce las propiedades de la vitamina C, la cual nos protege de los virus y mejora nuestro sistema inmunitario innato. Asimismo, la encontramos en naranjas, kiwis, pomelos, mangos, granadas y caquis. Sin embargo, no solo las frutas ofrecen un aporte de dicha vitamina, también es posible incluirla en la dieta a través de las setas shiitakes, la yema de huevo y el pescado azul.

El consumo de setas es beneficioso para la prevención de la gripe ya que además de vitamina C también contienen cobre y zinc, dos excelentes antivíricos. Lo mismo sucede con los nabos y la calabaza.

Por tanto, para prevenir gripes y resfriados es fundamental llenar la despensa de alimentos ricos en vitamina C y zinc para aumentar las defensas de forma natural. De igual modo, es importante tener en cuenta la preparación de dichos alimentos ya que la excesiva cocción de algunas verduras como el brócoli puede hacer que estas pierdan gran parte de sus propiedades. Asimismo, tomar el agua con la que se han hervido verduras y hortalizas de hoja de verde como la coliflor o el calabacín puede resultar altamente beneficioso para la salud.

El consumo de pescado es una excelente fuente de vitamina D y ácidos grasos Omega 3, sobre todo el pescado azul. Es por esto, que consumir pescado varias veces a la semana aumentará nuestras defensas y nos ayudará a prevenir gripes y catarros. De igual modo, comer marisco y pescado cuando ya se está resfriado también contribuye a una mejor recuperación debido a su aporte de zinc, mineral que ayuda a la regeneración de la mucosa respiratoria y a reducir los efectos del resfriado. Algunos de los alimentos que más zinc aportan son las ostras, los mariscos, las sardinas y los mejillones. Estos últimos, son considerados un superalimento debido a la gran cantidad de propiedades nutricionales que tienen. Entre otras, son ricos en proteínas y contienen un elevado nivel de grasas de las buenas, como es el Omega 3. Asimismo, también mejoran el estado y la calidad tanto de los huesos como de la piel.

Mejillones

Complementos alimenticios antivíricos

El ajo tiene una gran cantidad de propiedades antivirales y antibacterianas pero no todo el mundo puede comerlo, ni crudo ni cocinado. Es por esto que aquellos que, por ejemplo, tengan problemas de SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino) disponen de la opción de tomar Allium sativum. Este complemento de ajo negro fermentado no tiene ni sabor ni olor, por lo que aquellas personas que sean reacias a consumirlo de forma natural porque simplemente no les gusta pueden optar por tomarlo en cápsulas. Asimismo, de esta forma se aseguran todos los beneficios del ajo, ya que este al ser cocinado pierde muchas de ellas.

Igual de importante es el consumo de aceites grasos Omega 3, es por ello que algunos estudios insisten en que es muy difícil tomar la cantidad necesaria de este aceite ya que se debería ingerir pescado azul al menos tres veces por semana. Por tanto, no está de más tomar cápsulas de ácido alfa-linolénico (Omega 3) para complementar la dieta y equilibrar los niveles de este y del ácido Omega 6, presente en la mayoría de productos procesados del mercado. De lo contrario, un exceso de ácido linoleico (Omega 6) puede provocar inflamaciones a nivel intestinal, a pesar de ser un aceite necesario para un correcto funcionamiento del organismo.

Remedios naturales

Cuando el virus de la gripe ya se ha instalado en el organismo uno de los remedios más efectivos que se pueden llevar a cabo es el hecho de tomar infusiones de jengibre, regaliz, sauco y tomillo. Igualmente, un buen caldo de pollo con verduras que contenga puerro, ajo y cebolla sería una opción más que recomendable, sobre todo para cenar.

Por último, es realmente importante la ingesta de al menos dos litros de agua al día, ya que esto permite no solo tener un buen aspecto de la piel sino también mantener bien hidratadas tanto las mucosas de la nariz como las de cuello y así evitar que se resequen. Para ello, es necesario que el agua no sea de mineralización baja, ya que en este caso el efecto podría ser el contrario.


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