¿Qué hago si no me gusta el fútbol?

¿Qué hago si no me gusta el fútbol?

Escrito por: Antonio Acuña   @anacro11    23 abril 2012     3 minutos

¿Se está deteriorando la información deportiva? ¿Qué clase de valores son los que nos encontramos?

Antes de comenzar a divagar quiero dejar plasmada la base sobre lo que cimentaré mis críticas: tenemos lo que pedimos. Tengo un problema algo agudo, no soy del Barca ni del Madrid. Si profundizo podría decir que tampoco soy un gran aficionado al balompié pero sin embargo por ‘suerte’ o por desgracia me llega mucha información del llamado deporte rey. El porqué se debe a que tengo que depurar mucha tierra para encontrar una gotita de petróleo.

Hace unas semanas el Ros Casares y el Rivas Ecópolis jugaron la final de la Euroliga femenina. La selección española de waterpolo femenino se ha clasificado por primera vez en la historia para unos Juegos Olímpicos. Ser sinceros ¿alguien se ha enterado de estos acontecimientos? Podría seguir dando ejemplos y no terminaría nunca este post, sobre todo si metemos en esta cazuela al deporte femenino y su tremendo agravio comparativo con el masculino.

Y ahora es el momento de mirarme el ombligo. En Altaspulsaciones intentamos escribir sobre todo, es más, un humilde servidor nunca va a lo simple, a lo que genera visitas. Sería muy fácil hablar del corte de pelo de Mourinho, elogiar la colonia de Pep Guardiola o criticar la actuación de cualquier árbitro pero sería de un oportunismo (no confundir con oportuno) algo vulgar.

Me da bastante pena hacía donde se dirige la prensa deportiva española. Insisto, la culpa de todo esto no pertenece a quien escribe sino a quien lee tal bazofia. Pero cuidado, la información aparte de ser incompleta y focalizada en un solo sector, también está modificando sus hábitos de conducta. Hay una creciente tendencia en transformar la información deportiva en un espectáculo donde el morbo adquiere un nivel nunca alcanzado. Un ejemplo de todo esto es el motivo del horario del partido entre el Sevilla y el Levante. Lo doloroso de todo esto, o al menos así lo pienso, es que con este tipo de periodismo se gana más que se pierde.

Me pongo a pensar de cual vertedero recojo mi información deportiva, la útil, la que realmente busco y no me asombro al observar que todas siguen el mismo patrón. No vaya a ser que te salgas de la órbita y tus seguidores no estén (mal)informados. Si a este combinado le sacamos la televisión pública, cosa muy probable en un futuro a corto plazo, el sabor que dejará será tremendamente agridulce.

El periodista debe tener unos valores de calidad. Un comunicador aparte de generar público, debe transmitir ciertos valores positivos que su profesión les exige. El fin no es una victoria, ni el quedar por encima del rival. Ese no es el camino, no intenten vendernos algo inexacto. Premiemos otros valores como el afán por superarse, el esfuerzo, el fair play o el compañerismo. Creo que esto último ya no vende.

Quizás sea un pesimista empedernido o quizás me haya sentado mal la comida pero a día de hoy es la percepción que tengo de este mundillo cada vez más reducido en una única tipología. Si piensas diferente no dudes en mostrarlo a través de los comentarios para poder debatirlo entre todos.