Bajo ningún concepto

Inexcusable. Es el único adjetivo que me viene a la cabeza para definir las declaraciones del entrenador y tío de Rafa Nadal. Después de que su sobrino cayera derrotado ante el sueco Robin Soderling, Toni Nadal se despachó a gusto en la rueda de prensa. Hay que saber perder.

«El público parisino es bastante estúpido».

Así de tajante e irrespetuoso se mostró Toni Nadal después del partido de Rafa ante Soderling. Es cierto que el sueco no era el verdugo más apetecible a priori, pero eso no es eximente para un comportamiento totalmente impropio, al que Nadal y sus allegados no nos tienen acostumbrados en absoluto.

Es un secreto a voces que al público parisino no le entusiasma que sea un español el total dominador de su torneo más preciado. Nadal no recibe en los partidos todo el apoyo que se merece y cuando cayó derrotado la reacción del respetable estuvo más cerca del alivio que de la decepción. Ahora bien, Rafa se debe a su público y a sus fans. Está claro que las gradas de Roland Garros no son las más acogedoras del circuito, pero también albergan seguidores incondicionales que no deben haberse sentido demasiado cómodos con las declaraciones de su tío.

Un profesional de la entidad de Toni Nadal no puede dejarse llevar por los nervios de esta manera. Cualquier seguidor merece un respeto, al igual que lo merece cada tenista. Sin embargo, no se podemos caer en la tentación de igualar el nuestro comportamiento con el de quien no tiene una mínima educación. A Nadal no se le ha tratado como es debido, cierto. Pero un profesional sigue adelante donde le apoyan y donde no, como ha hecho nuestro número 1 los cuatro años anteriores.

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