Las exquisiteces de los murciélagos

Las exquisiteces de los murciélagos

Escrito por: Antonio Acuña   @anacro11    4 noviembre 2011     3 minutos

La afición del Valencia ha llegado al punto de llamar "burro" a su entrenador debido a lo exquisito que se volvieron en los últimos años.

Que el público que asiste a un campo de fútbol no comparta la opinión del entrenador ante un cambio táctico o de un jugador y, en este escenario, el público le silbe o incluso como pasó el otro día en Mestalla en el partido contra el Leverkusen le llamen burro, por diversas razones sociológicas de este deporte son calificadas como “normales”. Que después el entrenador acierte con sus cambios, ganando, como le ocurrió también a Unai, es algo muy visto.

La paciencia no es un calificativo que en los últimos años se le pueda atribuir a la afición che, por muchos nombrados como la mejor afición de España. A día de hoy, la afición del Valencia C.F está muy lejos de ser aquella que arropó a su club en la temporada 86/87 cuando descendieron a segunda, está muy lejos de ser considerada la mejor afición de España.

Hemos visto en las pasadas campañas, infinidad de ocasiones en las que a Emery se le situaba en el punto de mira de la escopetilla. Esta temporada cuenta con aun menos jugadores importantes que la anterior temporada, pero por el contrario se le vuelve a exigir el máximo, se le exige hasta ganar la Liga.

A tener en cuenta es la falta de precisión con la que hablan los representantes del club, es decir su entrenador y su presidente. Llorente decía: “el objetivo del Valencia es ser campeón. Queremos ser campeones como lo fuimos en 2002 y en 2004. Entonces, había diferencia presupuestaria grande y creo que con buena gestión se puede disputar perfectamente al Real Madrid y al Barcelona algún título. Estoy convencido de ello.” Pero en cambio, Emery nos viene con estas: “no voy a vender que nuestro objetivo es ganar la Liga cuando Madrid y Barça están fuertes. La base es jugar la Champions».

En las palabras del presidente podemos encontrar los mayores argumentos para explicar este aburguesamiento de la afición del Valencia: el continuo engaño de querer ser campeón en los tiempos que corren y las dos ligas de 2002 y 2004. Tras las dos finales de la Champions League, los dos títulos ligueros y la UEFA de 2003/2004 la afición del Valencia, lógicamente, al codearse con los mejores clubes europeos, posiblemente se sintió en el deber y en el derecho de exigir a su equipo en los años posteriores siempre lo máximo. Los tiempos han cambiado y mientras Madrid y Barcelona han seguido creciendo gracias a la mayor capacidad financiera que poseen estos, el Valencia ha ido perdiendo entrenadores y jugadores del más alto nivel.

La incoherencia en la señalización de los objetivos para esta temporada por parte del presidente hace que la afición del Valencia pueda sentirse más confusa de lo que ya lo está. Si el presidente señala que el objetivo es ganar la liga y el entrenador que es entrar en Champions, aquí falta una cosa bastante importante: información.

Con presión es imposible trabajar y a Unai Emeri le llega desde dos lados
: desde el público y desde la directiva. La falta de confianza en los entrenadores que han pasado desde Rafa Benitez por parte del público che es palpable jornada tras jornada, temporada tras temporada.

En un club que está intentando conseguir la estabilidad social, lo peor es señalar culpables directamente sin ton ni son. Mi humilde opinión para estos casos es que tanto en segunda división como en la lucha por la Champions League (recordar que el Valencia C.F. terminó la pasada temporada en tercera posición a una considerable distancia del cuarto clasificado), todos deben remar en una misma dirección para conseguir el fin que todos ansían.

Foto| edans