Muere Samuel Wanjiru, último campeón olímpico de maratón

Muere Samuel Wanjiru, último campeón olímpico de maratón

Escrito por: Javi    16 mayo 2011     2 minutos

El mundo del atletismo se ha despertado esta mañana con una noticia muy triste: la muerte de Samuel Wanjiru, el que fuera campeón olímpico de maratón en los últimos juegos de Pekín, en el año 2008. La policía de la ciudad de Nyahururu, en su Kenia natal, se encuentra investigando este suceso, pues la muerte del atleta de sólo 24 años ha llegado en extrañas circunstancias.

Al parecer, Wanjiru se cayó del balcón de su casa, un segundo piso, sufriendo una fractura craneal y muriendo durante el traslado al hospital tras no recuperarse de las heridas internas del golpe. Lo que se investiga ahora es si sólo fue un accidente o fue un suicidio, motivado por una nueva discusión con su esposa, Triza Njeri.


Y es que no es la primera vez que Samuel Wanjiru tenía problemas con su esposa. Ya en diciembre de 2010, fue acusado de amenazar de muerte a su compañera usando un fusil de asalto AK-47, nada menos. También se habla de un posible triángulo amoroso y de infidelidades, en fin, situaciones que son más de la prensa rosa que de la deportiva.

A sus 22 años, Wanjiru sorprendió al mundo ganando la maratón de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, una disciplina atlética normalmente reservada a veteranos. No sólo se convirtió en el primer keniata en conseguir esta medalla de oro, sino que también logró batir el record olímpico. De camino, ha ganado maratones tan prestigiosas como Fukuoka, Londres y Chicago, y siendo el más joven en conseguir estas hazañas.

Sus compañeros hablan de un atleta insaciable, que en carrera, siempre necesitaba demostrar que era más fuerte que los demás, y su única estrategia era correr y correr más que los demás. Un campeón al que todos deseaban enfrentarse en las carreteras, pues seguir su ritmo en carrera era todo un reto, pero un chico con problemas fuera de ellas, y que no ha sabido o no ha podido conducir su vida con acierto. Descansa en paz, Samuel Wanjiru.

Vía | El País


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