La paradoja de la restauración del deporte
La crisis originada por el coronavirus ha fulminado por completo el desarrollo de numerosas actividades económicas, sociales, culturales y deportivas. El deporte, junto al mundo de la cultura y la restauración, están destinados a ser los que más sufran hasta que todo esto acabe e incluso después. Y es que en ese “después” está la clave para amortiguar un golpe que no deje al deporte español en siniestro total.
El país está completamente parado, pero no podemos dejar de movernos, por muy paradójico que suene el asunto. Porque si algo hemos aprendido de la crisis de 2008, es que la prevención, las medidas de paliación y los planes de choque son esenciales en un escenario donde la improvisación es sinónimo de fracaso. A la prevención llegamos tarde, pero estamos a tiempo de evitar una catástrofe aún mayor. Y para ello, el primer paso es aceptar que 2020 es un año perdido, al menos a corto plazo.
El retorno a nuestra vida tal y como la conocemos, no ocurrirá mañana y tampoco pasado. Poco a poco iremos recuperando libertades que nos harán apreciar el placer de las pequeñas cosas. Puede que podamos salir a correr o a visitar un domicilio particular, pero debemos aceptar que no será fácil volver a concentrar a decenas de miles de personas en un estadio, ya sea para disfrutar de un partido o para darlo todo en un concierto.
La UEFA, por ejemplo, ya se está movilizando en este tema y recientemente ha publicado una serie de directrices sobre la elegibilidad de participación en sus competiciones, teniendo en cuenta la excepcionalidad de la situación. Porque, aunque puede que algunos países menos afectados por la pandemia reanuden relativamente pronto algunas de sus competiciones deportivas, la realidad es que países como Francia, Italia o España, que normalmente monopolizan las competiciones europeas, no pronostican una vuelta cercana y dan casi por finiquitada la temporada futbolística.
La Asociación del Deporte Español (ADESP), entidad constituida por las Federaciones Deportivas Españolas con el apoyo del Consejo Superior de Deportes, ha publicado por su parte un borrador que pretende dar solución a muchos de los problemas recogidos por las distintas federaciones y organizaciones del sector. De este modo, a través de este documento no definitivo denominado “Plan de Reconstrucción y Activación del Deporte Español” se plantean una serie de medidas económicas, fiscales y legislativas en la que destacan 3 cosas por encima de todo lo desarrollado a lo largo de 48 páginas: la declaración del deporte como bien de interés general, la bajada del IVA del 21% al 10% y el reparto del 1% de las apuestas deportivas.
Esta última reclamación resulta cuanto menos curiosa en una legislatura especialmente crítica con el sector de las apuestas deportivas. De ser bien recibidas las medidas del borrador, el reparto se destinaría en base a tres criterios: “apoyo a los clubes no profesionales, apoyo a la promoción del deporte de base y apoyo para mejorar la preparación y participación de los deportistas de élite en competiciones». Otra excepcionalidad más originada por el coronavirus, que puede provocar que los beneficios que recibe el Consejo Superior de Deportes a través de la recaudación de impuestos por parte de sitios como Merkur Apuestas sirvan para la reconstrucción y activación de un sector herido de gravedad.
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