En el día de hoy, todos los focos del Mundial de atletismo apuntaban a una mujer: Genzebe Dibaba. Después de batir el récord del mundo del 1500 metros, es esperaba una gran gesta de la etíope en Pekín, pero tendrá que esperar. Dibaba ganó el oro sin muchas estridencias y en una carrera lenta, firmando eso sí un fantástico 800 final que le daría la medalla de oro si se animara con esa distancia.
Aunque la presencia de Usain Bolt acapara miles de flashes y casi eclipsa al resto de atletas en el estadio, no podemos dejar de contar la gran gesta conseguida por David Rudisha, otro genio del atletismo como Bolt aunque no tan mediático como el jamaicano y que en Londres se ha convertido en el primer atleta capaz de rebajar un récord del mundo a la vez que se hacía con el oro en la final de los 800 metros lisos.
En 1981, un británico llamado Sebastian Coe que ya había asombrado al mundo en las Olimpiadas de Moscú de 1980, nos dejó aún más boquiabiertos convirtiéndose en el primer hombre que bajaba del 1'42 en los 800 metros. Su marca se mantuvo vigente nada más y nada menos que durante 16 años, hasta que un keniata nacionalizado danés acabó con la que era aquel entonces la marca más longeva del atletismo.
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